Un Final Espectacular

 

Enzo arrancaba 1997 con la Alegría de los títulos obtenidos pero con el cansancio por las interminables concentraciones y los viajes continuos con River y la Selección Uruguaya. Dentro suyo imaginaba que eran los últimos momentos de su carrera profesional. Además, los periodistas argentinos se preguntaban si el equipo de Nuñez podría mantener el nivel del torneo anterior, más aun teniendo en cuenta la partida hacia Italia de uno de los grandes ídolos de la institución, Ariel Ortega. Pero River Plate, siempre conducido por el técnico Ramón Díaz, arrancó con todo el torneo Clausura, con 4 triunfos consecutivos, 11 goles a favor y ninguno en contra, Julio Cruz, Ramón Medina Bello y Marcelo Salas comenzaron a demostrar que el poderío ofensivo "millonario" estaba intacto. Pero a nivel internacional la cosa era distinta, los de Nuñez sufrirían dos nuevos traspiés, uno al perder, al igual que el año anterior, en Japón, esta vez frente a Vélez Sarsfield por la Recopa Sudamericana, el otro al caer derrotado por penales frente al Racing Club, y quedar eliminado de la Copa Libertadores (esa noche Francescoli jugó en un nivel bárbaro pero herró su penal en la definición desde los doce pasos).

 

River, a pesar de sufrir dos goleadas consecutivas, 4 a 1 frente a Estudiantes, y 5 a 1 en Santa Fe frente a Colón, se levantó y continuo dejando rivales en el camino, con actuaciones formidables del equipo. La prensa especializada señalaba al conjunto dirigido por Ramón Díaz como uno de los mejores de la historia del fútbol argentino, el nivel exhibido por el equipo era brillante, a tal punto que el público volvió masivamente a los estadios argentinos, y se provocaron las recaudaciones más altas de la historia. El 9 de Agosto, en Liniers, River derrotaba a Vélez por 2 a 0 y se consagraba Bicampeón del fútbol Argentino. Esa tarde Enzo convirtió los dos goles, y dio una nueva vuelta olímpica ante una multitud que deliraba anta tal espectáculo. Unos días después, el festejo del nuevo campeonato en un estadio Monumental colmado, en donde el conjunto de Enzo empató 0 a 0 con Independiente y recibió el reconocimiento de todo su público. 

 

Promediando el '97 Francescoli sufre un nuevo desgarro jugando para Uruguay, esta vez estaría 3 meses inactivo y a punto de dejar el fútbol. Pero todavía quedaban alegrías, y el "Príncipe" se incorporó a River para los tramos finales del Torneo Apertura y de la Supercopa Sudamericana. Por el torneo continental, River dejó atrás a Nacional de Medellín, y luego de empatar 0 a 0 en Brasil, derrotó en un partido durísimo como local al San Pablo por 2 a 1, ganando de esta forma el único trofeo que le faltaba a la institución. El chileno Salas convirtió los dos goles del la final, esa misma noche Francescoli erró un penal, pero el público perdono al ídolo y este, levantó el ansiado trofeo y dio una nueva Vuelta Olímpica con las casaca "millonaria".

Por el torneo local, Enzo convirtió un golazo de cabeza para la victoria por 2 a 1 ante Colón de Santa Fe, River llegaba puntero al último partido frente a Argentinos Juniors con tres puntos de ventaja sobre su clásico rival, Boca Juniors. El encuentro se disputó en el estadio de Vélez, y el empate 1 a 1 consagró al equipo de Ramón Díaz nuevamente Campeón, obteniendo el tercer torneo consecutivo y consiguiendo transformarse en el equipo más ganador de la década del '90 y de toda la historia, y ratificando ser el conjunto más grande por lejos, del fútbol argentino. Nuevamente el chileno Marcelo Salas marcó el gol decisivo en la final, y se convirtió, después del "Príncipe", en el símbolo "millonario". El grito por el Tricampeón desbordó el estadio, Enzo daba una nueva vuelta olímpica, luego, unos días mas tarde anunciaría, a pesar del ruego de compañeros, directivos e hinchas, su retiro del fútbol profesional. Una onda tristeza lo invadió al tomar esta decisión, pero el sentía que era el momento, las lesiones y el cansancio lo agobiaban, y su familia quería tenerlo más cerca. Un grande del fútbol y de la vida se alejaba de las canchas, en la gloria y plagado de títulos,  pero faltaba un partido despedida, 90 minutos en donde le diría adiós al fútbol...